Guanajuato vibra con el Cervantino: ocupación hotelera al 80% y calles llenas de arte

La alcaldesa de Guanajuato capital, Samantha Smith Gutiérrez, informó que durante el Festival Internacional Cervantino (FIC) la ocupación hotelera alcanza el 80% los fines de semana, mientras que entre semana se mantiene en un 60%. De acuerdo con las proyecciones del gobierno local, se espera la llegada de más de 263 mil turistas y una derrama económica estimada en 308 millones de pesos.

El operativo de seguridad desplegado cuenta con 3 mil 500 elementos de los tres niveles de gobierno, y hasta el momento el saldo es blanco tras los dos primeros fines de semana del festival.

Pero más allá de las cifras, el Cervantino transforma a Guanajuato en un escenario vivo. Las calles, callejones y plazas se llenan de música, color y energía. El bullicio de los visitantes se mezcla con las voces de artistas callejeros que convierten cada esquina en un espectáculo.

Ayer, la ciudad tenía otro ritmo. Las multitudes se habían disipado un poco, pero la magia permanecía intacta. En la Plazuela de los Ángeles, un violinista vestido de mariachi interpreta boleros que flotan entre los balcones coloniales. A pocos pasos, un cantante con una grabadora portátil acompaña su voz, mientras los turistas se detienen para grabar el momento.

Entre ellos destaca Amaury, un joven pianista y estudiante de fotografía que toca en una esquina del centro.

“Lo que gano me ayuda para la universidad”, cuenta, mientras sus melodías detienen a los paseantes y arrancan aplausos espontáneos.

Los sonidos del festival se dispersan hacia los miradores y las escalinatas, donde cada rincón ofrece una postal distinta: guitarras, risas y ecos de lenguas extranjeras.

Frente al Teatro Juárez, un integrante de la Estudiantina Tuna Compostelana invita a recorrer los callejones más emblemáticos, como el del Beso, entre canciones y leyendas que se narran al caer la noche.

El Cervantino no solo llena hoteles: revive la esencia cultural de Guanajuato, donde la historia, la música y la improvisación conviven en un mismo compás.