Campesinos de Campeche estallan contra subsecretario de Sader
- Centinela del Norte

- 24 nov
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Campeche, Campeche – La reunión entre maiceros campechanos y el subsecretario de Desarrollo Agrario, Leonel Cota Montaño, derivó en una explosión de reclamos con gritos y golpes en la mesa, al denunciar el incumplimiento de compromisos para garantizar el mercado de 700 mil toneladas de maíz cosechadas este año, a un precio de 7 mil 200 pesos por tonelada.
El encuentro, celebrado en la sala de juntas de la Secretaría estatal de Desarrollo Agropecuario, escaló de tono cuando los productores de municipios como Campeche, Calkini, Hecelchakán, Tenabo y Hopelchén exigieron la presencia de representantes de gigantes como Maseca, Minsa, Bachoco, Kekén y Crio. Estas empresas, acusaron, prefieren importar maíz transgénico de Brasil y Estados Unidos a precios más bajos, en lugar de adquirir el producto local.
Los agricultores informaron que ya cerraron un pacto preliminar con Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) para vender 64 mil toneladas a 6 mil 200 pesos, complementado con subsidios federales de 850 pesos y estatales de 150 pesos por tonelada, alcanzando el objetivo de 7 mil 200 pesos. Sin embargo, este avance no satisface la demanda total, ya que no se concretaron compromisos con los industriales que consumen maíz para harina de tortillas o alimentación de granjas avícolas y porcícolas.
Frustrados, los maiceros del Camino Real, Hopelchén y otras microrregiones amenazaron con bloquear el ingreso de productos de esas empresas si no hay avances en la reunión programada para el martes próximo.
Alrededor de las 20:00 horas, la sesión se levantó sin acuerdos definitivos, dejando a los productores con una sensación de defraudación. El 14 de noviembre, Cota Montaño –exdirector de Segalmex– y funcionarios locales habían prometido adquirir la totalidad de la producción estatal, estimada en 700 mil toneladas de maíz blanco no transgénico de primera calidad. Pero la ausencia de altos ejecutivos empresariales en la mesa de diálogo avivó la ira.
La tensión escaló con reclamos airados y aporreos en la mesa, ante la falta de respuestas concretas del subsecretario. Los labriegos, que representan a miles de familias dependientes del maíz, ven en esta situación una traición a promesas federales y un riesgo para su subsistencia, en un contexto donde los precios internacionales y la preferencia por importaciones agravan su vulnerabilidad.




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